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Además, mañana a estas horas mandaré a mis siervos para buscar a todos los de tu familia. Ellos agarrarán lo que te es más querido y se lo llevarán a sus propias casas”». Así que el rey Acab citó a una reunión con todos los ancianos líderes de su país y les dijo:

—Miren, Ben Adad sólo quiere hacernos mal. Primero me dijo que le diera mis esposas, mis hijos, la plata y el oro, y estuve de acuerdo en entregárselos.

Todos los líderes ancianos y el pueblo le dijeron:

—No lo obedezcas ni estés dispuesto a entregarle todo.

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